Domingo 22 de Diciembre de 2024

Hoy es Domingo 22 de Diciembre de 2024 y son las 08:31 - Aquí puede escribir lo que quiera, o bien puede mostrar los últimos títulos de las notas publicadas. Este es el titulo de la nota / Esta es otra nota / Aquí puede escribir lo que quiera / Mas Títulos / Urgente / Aquí puede escribir lo que quiera / Nuestro Portal Web Auto Gestionable, le permite subir información de manera muy simple, instantáneamente y desde cualquier computadora. Con nuestro Portal Web AutoAdministrable podrá cargar todas las Noticias, articulos y novedades que quiera, con fotos, audios y videos ilimitados. Tambien podrá poner publicidades en todo el sitio, podrá realizar encuestas, armar la programación, interactuar en redes sociales, los oyentes van a participar del sitio comentando noticias, compartiendo fotos. Todo administrado desde un panel de control, muy sencillo de utilizar. La principal ventaja: podrá cargar absolutamente todos los contenidos del sitio desde su computadora de una forma rapida, sencilla y sin llamar a nadie.

  • 15.3º

15.3°

Santa Fe

13/10/2024

Fueron presos políticos y desterrados de Nicaragua por el régimen de Ortega: la historia de amor de Kevin y Samantha

Fuente: telam

Ambos son estudiantes nicaragüenses, estuvieron detenidos en diferentes cárceles, y se conocieron en el avión en el que la dictadura los expulsó del país

>A Kevin Solís le llamó la atención la muchacha carirredonda que llegó al avión discutiendo con una funcionaria. Iba molesta. Subió y la vio pasar apresuradamente por el pasillo rumbo al baño. De regresó ya venía con una gran sonrisa repartiendo abrazos. Se fijó en él y preguntó:

La escena sería intrascendente si fuese una más de las miles que ocurren todos los días en los aviones. Gente que se conoce, conocidos que se reencuentran o encuentros intrascendentes. Pero, este era un vuelo especial, y aquel saludo sería el origen de una historia de amor nacida del dolor.

Kevin Solís era un joven universitario y tenía 20 años el 6 de febrero de 2020 cuando lo apresaron por segunda vez. Fue uno de los miles de estudiantes que participaron en las protestas contra el régimen de Daniel Ortega en 2018.

El 20 de septiembre del 2018, lo capturaron por primera vez y lo llevaron a las mazmorras del antiguo Chipote, famoso centro de tortura desde los tiempos del dictador Anastasio Somoza García. Tenía 18 años. El 4 de abril del 2019 fue excarcelado junto a otros presos políticos bajo el “régimen de convivencia familiar”.

Ya para ese tiempo el régimen de Ortega había tomado control “manu militari” de las calles y cualquier protesta era reprimida violentamente. Kevin Solís retomó sus estudios en la Universidad Centroamericana (UCA) y junto a un grupo pequeño hacía protestas exprés. Salían a la calle con una pancarta a gritar consignas por unos minutos y se refugiaban pronto en la universidad.

Tenía apenas tres días desde su regreso a la universidad, cuando un grupo paramilitar lo capturó al salir del edificio, el 6 de febrero de 2020. Solís cree que la intención era “desaparecerlo” por la conversación que escuchó en la radio de los secuestradores, pero la pronta denuncia pública de su captura evitó que lo llevaran a “usted ya sabe dónde”.

–No, llevalo a la DAJ (Dirección de Auxilio Judicial) porque ya lo están llorando al maricón –escuchó Solís que respondió por la radio una voz que parecía ser la de un superior.

“Estaban amenazándome con llevarme a otro lugar que sólo lo llamaban ´usted ya sabe dónde´. Nunca dijeron cuál era y me llevaron al Chipote. Me desnudaron y me tuvieron como una hora ahí, de pie, desnudo, mientras hacían una sesión de fotos”, relata Solís.

En los interrogatorios, dice, los policías le dieron a escoger el delito por el cual lo condenarían, entre portación ilegal de armas, robo o agresión. “Yo les dije que no había cometido ninguno de esos delitos, pero que en todo caso robo no, porque ladrón no soy”, relata. Lo condenaron por robo y agresión.

“A mis 20 años yo no entendía por qué me estaban tratando así. Si me acusaban por robo y agresión, me mandan a la (cárcel) Modelo con todos los presos comunes, pero no, me mandan a una galería donde tenían a narcotraficantes y al famoso ‘Furia y Toro’ (asesino serial)”, dice.

“Desde que llegué, me dijeron: ´Vas a pasar los peores días de tu vida´. Y Roberto Guevara, el director de máxima seguridad, me dijo: ´De aquí vas a salir quebrado y, con estas palabras, hasta podés salir cochoncito (homosexual)´”, añade.

Si en la primera ocasión pasó196 días en prisión, esta vez pasaría tres años y tres días en las peores condiciones: aislado y sometido a torturas constantes. Tenía 20 años y ya había estado en las cuatro peores cárceles de Nicaragua: El Viejo Chipote, El Nuevo Chipote, la Cárcel Modelo y La 300.

Samantha Jirón, estudiante y activista opositora, no conocía a Kevin Solís, pero sabía de él. “Aunque uno no lo conociera, Kevin te dolía. A todos nos dolía Kevin. Kevin es de los casos más graves de tortura en Nicaragua, del 2018 hasta la fecha. Es imposible no tener empatía, no sentir dolor por todas las injusticias que se cometieron con él”, dice.

“Seguí haciendo activismo y estudiando, pero vivía en zozobra”, relata. “La forma en que yo estaba viviendo se definía por lo que estaba pasando en Nicaragua. Vivía en casas de seguridad, sin ver a mi familia y recibiendo clases en línea por temor a las redadas”, dice.

Samantha Jirón fue apresada el 9 de noviembre de 2021, dos días después de las elecciones generales de ese año, cuando se reunió en un hotel con periodistas extranjeros para hablar de lo que ella llama “fraude electoral”.

A sus 21 años, Samantha Jirón se convirtió en la presa política más joven de Nicaragua para ese entonces. En un juicio que duró tres meses, el régimen la condenó a ocho años de cárcel por los supuestos delitos de traición a la patria y propagación de noticias falsas.

Desde la noche anterior empezó un operativo secreto en los diferentes penales, para trasladar a más de 200 presos políticos al aeropuerto Augusto C. Sandino, de Managua, y montarlos en un avión Omni Air 767 que los llevaría al aeropuerto de Washington-Dulles, Estados Unidos. “El vuelo de la libertad”, lo bautizaron y en él viajaron 222 presos políticos nicaragüenses.

“Yo sabía de Kevin, sabía de su caso. Siempre estuve pendiente. Él es de los jóvenes que más tiempo ha estado preso. Su nombre era familiar para mí. Nos vimos hasta en el avión, porque lo veo y lo reconozco. Lo abrazo. Yo me alegro un montón por él. Solo me dijo: ´Muchas gracias´, porque no sabía quién era yo”, relata Samantha.

“Me cayó bien. Después de mucho tiempo sin que alguien te toque o te abrace, porque mis visitas eran a través de un vidrio por 20 minutos, ese acto de empatía, sin conocerme, realmente me hizo sentir bien”, agrega.

Samantha, de 24 años ya, y Kevin, de 25, tienen un año y nueve meses de estar juntos. Viven en Madrid, España. Sienten que ya pasaron la prueba. Incluso, la relación sobrevivió a la distancia, porque estuvieron inicialmente en distintas ciudades de Estados Unidos, y a enfermedades graves del uno y la otra, en momentos diferentes.

“Es un proceso”, afirma Kevin, quien dice valorar “el acompañamiento con alguien que puede entender tu dolor, alguien que también lo vivió. Hemos pasado por dificultades personales. A ella la operaron de emergencia. Ahí estuvimos full, con ella acompañándola, porque no podía ni levantarse para ir al baño sola. A mí me dio parálisis. Ella me apoyó ese tiempo y me cuidó. Y eso me ayudó a sanar y que no dejará secuelas, físicas al menos”.

Y tienen planes serios. “Yo me quiero casar con esta señora”, proclama Kevin en tono festivo durante la entrevista. Samantha lo ve con una sonrisa burlona y solo dice: “Él se quiere casar”.

–Si Nicaragua cambia hoy, mañana estamos pidiendo el boleto. ¡Claro! ¡Sin dudarlo! –afirma Kevin.

“Yo no me puedo perder la euforia en las calles de haber conseguido la libertad y solo verla desde aquí, en un teléfono” replica Kevin. “No digo que voy a dejar de estudiar, voy a regresarme. Pero, si el país cambiará, yo regreso. Viví el calor del dolor en Nicaragua y no voy a vivir la alegría en las calles. Cuando ganemos yo tengo que salir a las calles”.

Fuente: telam

Compartir