TRASCENDENTE
30 de julio de 2024
Simone Biles gana el oro, su octava medalla olímpica, y se convierte en la gimnasta estadounidense más condecorada
Era todo lo que ella podría haber esperado que fuera. Tres años después de retirarse de la final de gimnasia por equipos, Simone Biles estaba sola una vez más en los Juegos Olímpicos. Pero la energía no podía ser más diferente.
Biles, la última gimnasta de la noche, se subió a la tarima y conquistó el oro para el equipo de Estados Unidos. Después de años intentando revivir aquella noche de Tokio, las primeras notas de una canción de Taylor Swift sonaron en el Bercy Arena para dar comienzo a su rutina.
Biles estaba preparada.
Su típica combinación mágica de gracia, potencia y velocidad dio lugar a un momento icónico que perdurará en la historia de la gimnasia y de los Juegos Olímpicos. Lo logró todo. Incluso cuando tropezó un poco, no se detuvo.
"Sabía que si caía de pie en todos los pases, todo iría bien. Así que en cuanto salí de los límites, pensé: 'Bueno, hay una línea... Supongo que... no es para tanto'", dijo.
Fue una actuación memorable bajo las luces más brillantes para una artista que se ha enfrentado a más escrutinios de los que cualquier ser humano normal podría soportar. Pero lo que a Biles le falta de altura, lo compensa con creces su corazón y, tras años de terapia y trabajo consigo misma, su fortaleza mental.
"Al principio del día, esta mañana empecé con la terapia, así que ha sido muy emocionante. Y luego le dije que me sentía tranquila y preparada", explicó Biles sobre sus preparativos para la noche del martes. "Y eso fue exactamente lo que pasó".
Pero, en una muestra de su normalidad en medio de actuaciones anormales, Biles dijo que Tokio nunca estuvo lejos de su mente.
"Cuando terminé el salto, me sentí aliviada. Estaba como, 'Wooo, porque por favor, nada de flashbacks ni nada'", dijo. "Pero sentí un gran alivio. Y en cuanto aterricé en el salto, me dije: 'Oh, sí, definitivamente estoy (bien), vamos a hacerlo'".
Su compañero Jordan Chiles saltó de alegría después de ese salto por la misma razón.
"Yo, aleluya, nada de flashbacks. No, nada", dijo. Me dije: "Vale, lo único que tiene que hacer es lo normal". Así que saltar de alegría fue como un alivio".
Desde el momento en que entró en el Bercy Arena el domingo hasta la ceremonia de entrega de medallas del martes, Biles fue la persona más observada en la Ciudad de la Luz. Cada uno de sus pasos era observado con atención, más aún después de un momento durante los calentamientos para el suelo en la calificación del domingo, cuando agravó una lesión en la pantorrilla que sintió por primera vez hace un par de semanas.
Biles cojeó y se esforzó durante el resto de la competición, en la que se clasificó para la final individual del concurso completo y para las competiciones individuales de barra de equilibrio, salto y suelo. La preocupación de los espectadores hizo temer que Biles volviera a sufrir los problemas de Tokio.
Pero no fue importante.
Biles no mostró ningún signo de la lesión en la pantorrilla durante la final por equipos del martes. Ya fuera por la adrenalina o porque el dolor se había disipado de verdad en el calor parisino, Biles —a sus 27 años, la estadounidense de más edad en ganar una medalla olímpica de gimnasia y ahora la gimnasta estadounidense más condecorada de todos los tiempos en los Juegos— hizo retroceder los años y consiguió que volviera a sentirse como en 2016.
Pero a diferencia de aquella exquisita actuación en Río de Janeiro, Biles sabía lo que esto significaba. Sabía lo que había tenido que pasar para llegar hasta aquí. Lo llevaba escrito en la cara en los momentos finales, mientras esperaba su puntuación.
Agarrada al aparato de suelo, con la mirada fija en la pantalla gigante del Bercy Arena, Biles tenía que saber que había hecho lo suficiente para ganar el oro. Pero cuando apareció la puntuación -14,666, más que suficiente para ganar la medalla de oro-, explotó de alegría.
Primero abrazó a sus compañeras antes de posar con la Vieja Gloria en la pista que acababa de dominar. Después, trotó ligeramente por la misma pista con sus compañeras para empaparse de los cánticos de "¡U-S-A! U-S-A!" que les llovían.
Y mientras sonaba el "Star-Spangled Banner" durante la ceremonia de entrega de medallas, con el oro una vez más colgado del cuello, Biles tuvo que sentirse como si acabara de escalar una de las mayores montañas del deporte.
"Ahora que soy mucho mayor y que tenemos mucha más experiencia, estamos aquí divirtiéndonos y disfrutando de lo que hacemos. Creo que es diferente", declaró Biles después.
Pero aún no ha terminado: el all-around individual -que ganó en 2016 y en el que decidió no competir hace tres años- llega el jueves, el salto el viernes y los ejercicios de barra y suelo el lunes.
Pero al menos durante los próximos dos días, Biles podrá mirar la medalla de oro que cuelga de su cuello y saber que acaba de consolidar su lugar en la historia de la gimnasia y de los Juegos Olímpicos.
Revancha
Con ella disfrutó también un repleto Arena Bercy que arropó cada paso de la ganadora de 23 títulos mundiales, hoy con un brillante maillot con los colores estadounidenses y un vendaje que le cubría la dolorida pantorrilla izquierda, aunque menos extenso que con el que acabó las clasificaciones el domingo.
Entre el público, de nuevo, estrellas como la leyenda del tenis Serena Williams, el director de cine Spike Lee o el millonario Bill Gates seguían atentos sus movimientos. Y la gimnasta más condecorada de la historia no tardó en demostrar a lo que ha venido a París; a recuperar lo que el exceso de presión le arrebató en Tokio.
Con un preciso salto en el potro, Biles arrancó la competición con la mejor nota de la primera rotación y sin rastro de los temidos "twisties", un fenómeno que provoca que los gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando están en el aire. Su aparición, consecuencia de un bloqueo mental, le había obligado a retirarse de esta misma prueba en Tokio y a perderse la mayoría de finales de aquellos Juegos atípicos.
"Cuando terminé el salto, fue un alivio", confesó Biles. "Me dije 'uf, no he tenido flashbacks ni nada", agregó.
También aterrizó clavada de las barras asimétricas y, tras un paso más discreto por la barra de equilibrio, fue la encargada de cerrar la competición con su espectacular ejercicio de suelo ante un estadio en pie, y con el oro ya asegurado.
Todo el equipo estadounidense, formado por otras tres veteranas de los últimos Juegos, se abrazó entonces en una celebración con sabor a revancha.
"Creo que todas teníamos algo que demostrar de Tokio", explicó Biles. "Y esta noche lo hicimos"por cnnespañol y rfi.fr
https://www.cablevideodigitalbionik.com.ar/#promo292
WWW.CANALVEO.COM
http://www.instagram.com/santafecapitalok/?hl=es
http://www.concejosantafe.gov.ar/
https://www.instagram.com/pacogaribaldi/
CONSULTAS [email protected] O WHATSAPP 54 9 3424344410
http://www.instagram.com/mariaeva.suarez/
http://WWW.FARMACIAZENTNER.COM.AR
EN LA PLAZA DEL SOLDADO CORTADA BUSTAMENTE PLENO CENTRO
http://www.farmaciazentner.com.ar
Las fotos de cada evento importante en Santa Fe son de @pascuccihugo