07/12/2025
La exportación de aceites de soja y de girasol alcanzó un récord en lo que va del siglo, un país absorbe más del 60%, y no es China
Fuente: telam
En los primeros once meses superó 7 millones de toneladas, una marca histórica. A nivel global, pesa cada vez más la demanda industrial, para biocombustibles
>La exportación de aceites vegetales de Argentina alcanzó en los primeros once meses de 2025 el volumen más alto en lo que va del siglo y un país asiático se consolidó como principal destino, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La investigación de Franco Pennino, Matías Contardi y Emilce Terré señala que el crecimiento se debe a factores internos y externos: la reactivación productiva local, problemas de oferta en la región del Mar Negro y tendencias internacionales como el aumento de participación de los biocombustibles.
El informe subraya la consolidación de la India como destino clave de las exportaciones de aceites vegetales argentinos. En 2025, el país más populoso del mundo absorbió el 61,2% del volumen exportado por Argentina, una proporción sin precedentes, que relegó a destinos tradicionales como China y la Unión Europea.
El impulso exportador argentino estuvo respaldado por una cosecha de soja que rozó las 50 millones de toneladas y uno de los mejores rindes de girasol del siglo. Ese contexto permitió responder al desafío global de abastecimiento, impactado por la caída en la oferta de exportadores como Ucrania, afectada en circuito productivo y comercial por la guerra con Rusia y problemas climáticos y, en paralelo, por la fortaleza de la cosecha rusa, mayormente destinada a consumo interno.
Según el estudio de la bolsa rosarina, el escenario internacional giró hacia una competencia por el uso de aceites vegetales: ya no solo se destinan a la alimentación, sino que crecientemente abastecen el sector energético. Mientras a inicios de siglo el 90% del consumo global se usaba como alimento, hoy al menos 30% es para empleo industrial, en particular para producir biocombustibles. Países como Indonesia, líder en producción de aceite de palma, reducen su saldo exportable para destinarlo a su propia matriz de combustibles, empujando así la demanda de aceites sustitutivos.Esta reconfiguración favoreció a la oferta argentina, que supo captar parte del mercado internacional desplazado del sudeste asiático y del este europeo, destacan los investigadores. Además, se observa una preferencia por aceites vegetales de mayor calidad, como los de soja y de girasol, en detrimento del aceite de palma, cuyo precio alcanzó valores superiores.
