11 de septiembre de 2021
Torres Gemelas: las teorías conspirativas que surgieron en torno al ataque del 11 de septiembre
Las primeras teorías conspirativas del 11 de septiembre aparecieron en internet pocas horas después de los ataques en 2001, y desde entonces, con el auge de las redes sociales han crecido en alcance y escala.
Los extensos informes de la Comisión del 11 de Septiembre, de las agencias gubernamentales de Estados Unidos y los grupos de expertos, han refutado la existencia de cualquier conspiración oculta.
Pero grupos de activistas en Estados Unidos y en otros lugares, el movimiento de la Verdad del 11 de Septiembre, dicen que se han ocultado los hechos.
Algunos de los principales miembros del movimiento también han acogido las conspiraciones sobre covid-19 y las vacunas.
Y ciertos políticos de alto nivel, celebridades y figuras de los medios también han cuestionado la versión oficial.
El 11 de septiembre de 2001 una serie de atentados en suelo estadounidense cambiaron la historia mundial. A las 8.45 de la mañana de Nueva York un primer avión de American Airlines embistió la primera de las Torres Gemelas de 110 pisos, ubicadas en Manhattan. Dieciocho minutos después, a las 9.03, un segundo avión impactó en la torre sur.
La torre norte ardió durante 102 minutos y se desplomó a las 10.28 en solo 11 segundos; la sur ardió durante 56 minutos y colapsó en 9 segundos a las 9.59.
Según publica la BBC Mundo, científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que investigaron las causas estructurales de los derrumbes llegaron a la conclusión que estos se debieron al severo daño estructural que causaron los choques de los aviones en cada edificio y a la cadena de incendios que se expandieron a lo largo de varios pisos.
Estos estudios coincidieron con los que el gobierno de Estados Unidos le encargó al Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) y que fueron difundidos en 2008.
“Si no hubiese habido incendio, los edificios no se habrían derrumbado y si hubiese habido únicamente incendio, sin el daño estructural, tampoco se habrían venido abajo”, dijo a la BBC el ingeniero civil Eduardo Kausel, profesor emérito en el Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Según el informe del NIST, el impacto “dañó severamente” las columnas y desprendió el aislamiento contraincendios que recubría el entramado de vigas y columnas de acero. “La vibración del choque hizo que el recubrimiento antifuego del acero se fracturara, con lo cual las vigas quedaron más expuestas al fuego”, explica Kausel.
Así, el daño estructural le abrió camino a las llamas, que a su vez iban causando más daño estructural. Mientras eso ocurría, las temperaturas, que llegaban a los 1.000 °C, hacían que los vidrios de las ventanas se dilataran y se rompieran, con lo cual entraba aire que servía de alimento al fuego. “El fuego se autoalimentó de aire y por eso se propagó”, dice Kausel.
El intenso calor dilató las vigas y las losas de cada piso, lo que causó que se separaran. Además, la dilatación de las vigas también empujó las columnas hacia afuera.
Más adelante, las llamas comenzaron a derretir el acero de las vigas, volviéndolas maleables. Eso hizo que lo que antes eran estructuras rígidas, ahora parecieran cuerdas que al arquearse comenzaron a impulsar hacia adentro las columnas a las que estaban unidas. Esta combinación fue fatal y precipitó el colapso.