MUNDO
28 de mayo de 2025
Qué pasó con el corazón de un hombre que corrió 366 maratones consecutivas

Realizar cualquier actividad a diario durante más de un año requiere mucha disciplina: imagina dedicar unas horas cada día a un hobby, como pintar, cuidar plantas, tejer… Sin faltar ni un solo día.
Para el brasileño Hugo Farias, el objetivo era aún más atrevido: recorrer 42,195 kilómetros, un maratón completo, durante 366 días.
Hugo, que ahora tiene 45 años, trabajó 22 de ellos en el sector privado, como gerente ejecutivo de grandes contratos de operaciones tecnológicas. La decisión de dimitir y centrar su vida en un reto deportivo surgió de un malestar que venía creciendo poco a poco.
"Llegó un momento en que me detuve y pensé: '¿Nací solo para esto? ¿Para repetir esta rutina durante 35 o 40 años?'. Y si es así, está bien. Aprendemos desde pequeños: elegir una carrera antes de los 18, especializarnos, entrar en el mercado, buscar estabilidad, formar una familia, prepararnos para la jubilación. Pero empecé a sentir que podía hacer algo más. Inspirar a la gente de una manera diferente. Pero... ¿qué?", recuerda.
"Siempre he sido un gran admirador de Amir Klink, el navegante brasileño que cruzó el Atlántico Sur a remo en 1984. Pensé: 'Ahí lo tienen. Creo que puedo imitar la trayectoria de Amir. Solo que en lugar de navegar... voy a correr'".
366 maratones: preparando cuerpo y mente
A Hugo le sorprendió la adaptación de su cuerpo al esfuerzo físico. "Claro, esto es solo un informe científico; soy uno entre miles de millones. Pero creo que aporta mucha información sobre la capacidad del cuerpo humano, especialmente para que te conozcas mejor a ti mismo. Adquirí un condicionamiento que nunca imaginé tener en la vida. Y ver que no hubiera secuelas fue realmente importante", señala.
Pero el cardiólogo Filippo Savioli advierte que intentar algo así sin adaptación y control médico es peligroso. "El riesgo es considerable y desaconsejable", afirma.
Sin preparación, existe una posibilidad real de sufrir lesiones graves, como arritmias, inflamaciones o incluso muerte súbita.
Casado y padre de dos hijos, Hugo comenta que eligió iniciar su recorrido por la mañana para tener tiempo para estar con su familia y realizar cuidados de recuperación o fortalecimiento muscular durante el resto del día.
Corrió la mayor parte de sus maratones haciendo el mismo recorrido en la ciudad de Americana, en el interior de São Paulo.
"Decidí hacer siempre la misma ruta por varias razones. Primero: mi cabeza ya sabía lo que me esperaba. Conocía cada subida, cada curva. Segundo: los puntos de parada e hidratación. A lo largo de un año, hay que parar: para ir al baño, para beber más agua... Y la tercera razón, para mí, la más importante: la accesibilidad. Quería inspirar a la gente y que supieran cuándo y dónde encontrarme. A lo largo de este viaje, más de 5.000 personas corrieron conmigo".
Lesiones
Hugo dice que hizo un análisis de riesgos: "¿Podría lesionarme? Sí. ¿Podría ser atropellado? Sí. ¿Podría tener un problema familiar? Sí. Planifiqué todo esto y elaboré un plan de acción para cada escenario".
"Me enfrenté a todo: frío, calor, lluvia, tráfico, camiones que pasaban muy cerca... Lesiones, tres episodios de diarrea; el peor duró cinco días. Durante ese tiempo, perdí 4 kg. Tuve que ajustar mi dieta e hidratación. Pero seguí adelante".
Hugo también enfrentó algunas lesiones a lo largo del año. Desarrolló fascitis plantar, una dolorosa inflamación de la planta del pie que es común en corredores de largas distancias, alrededor de su maratón número 120.
Luego, alrededor de su maratón número 140, desarrolló pubalgia, una lesión en la ingle que afecta los tendones y músculos de la parte inferior del abdomen y la parte interna del muslo.
"La pubalgia fue una de las peores etapas. Una lesión muy dolorosa. Pero como no podía parar, me recuperé activamente: caminé 10 horas diarias durante cinco días, con una bolsa de hielo en la ingle. Luego, poco a poco, volví a la rutina: caminar, trotar... hasta que pude volver a correr 42 km".
El apoyo psicológico también era parte de la rutina.
"Cambié una carrera consolidada por algo completamente incierto. Y, por supuesto, esto genera ansiedad e inseguridad. Por eso, contar con un profesional con esta perspectiva independiente fue importante para aliviar la carga y mantener el enfoque", dice.
Hugo cruzando la meta de la maratón 366 junto a su familia.Fuente de la imagen,Clayton Damasceno
Pie de foto,Hugo cruzando la meta de la maratón 366 junto a su familia.
Dos años después de completar el proyecto, Hugo escribió un libro sobre la experiencia —"Proyecto propósito: Nunca es tarde para escribir una nueva historia"—, corrió otras maratones y ultramaratones, y ahora está planeando su próximo desafío: ser el primer humano en correr toda la longitud del continente americano, desde Prudhoe Bay, en Alaska, hasta Ushuaia, en Tierra del Fuego.
"La idea es hacer esto en diez meses, trescientos días, lo que supone, en promedio, 85 kilómetros por día".
También quiere convertir el viaje en un documental para inspirar a las generaciones futuras, pero todavía está buscando recursos para reunir un equipo de filmación y una autocaravana equipada.
"El objetivo es generar una mayor conciencia global sobre los beneficios de la actividad física y sobre la capacidad del ser humano para lograr cosas increíbles", afirma.
"Nadie necesita correr un maratón todos los días, pero cada persona necesita creer verdaderamente en su potencial".
Gráfico de Caroline Souza, Equipo de Periodismo Visual de BBC Brasil y bbc
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