Tras la detención de un periodista de la BBC, un segundo reportero internacional fue retenido. El corresponsal de la televisión suiza, Michael Peuker, fue interrogado tras realizar este reportaje en directo sobre las manifestaciones, para ser liberado poco después. El Ministerio de Asuntos Exteriores de China, por su parte, culpa a la prensa extranjera. Un portavoz acusó a Ed Lawrence, de la BBC, de no seguir la normativa de información del país. "El periodista en cuestión no se identificó como periodista y no presentó voluntariamente sus credenciales de prensa. Las fuerzas del orden locales persuadieron a las personas que se encontraban en el lugar de los hechos para que se marcharan. Los que se negaron a cooperar fueron expulsados", afirmaba Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores. Las manifestaciones se han extendido por todo el país durante varias noches. Una protesta que inició contra las estrictas medidas de confinamiento, pero que se han ido convirtiendo en una crítica al gobierno autoritario del presidente Xi. "Por ahora, el gobierno recurre a este tipo de represión y medidas duras y es inimaginable que intente resolver la cuestión dando marcha atrás, cambiando la política. No es el estilo de Xi Jinping y, de todos modos, no les va a servir de nada", aseguraba Ho-fung Hung, profesor de economía política de la Universidad Johns Hopkins. Los ciudadanos chinos se preguntan cómo es posible que en otros países se haya vuelto a un modo de vida muy similar al que había antes de la pandemia. **China ha vivido un fin de semana de protestas multitudinarias de unas dimensiones muy poco frecuentes en el país. **fuente es.euronews