El intento de ataque contra Cristina Fernández de Kirchner ha sacudido la ya agitada política del país sudamericano, con la expresidenta izquierdista de dos mandatos en el centro de una batalla interna divisiva dentro de la coalición gobernante peronista de centroizquierda en medio de una severa crisis económica. depresión.

Brenda Uliarte, novia del presunto agresor Fernando Sabag Montiel, dijo que "para limpiar la Argentina hay que derramar sangre", según los mensajes publicados por los diarios La Nación y Clarín.

Sabag Montiel apuntó con una pistola a quemarropa a la cabeza de Fernández de Kirchner la noche del 1 de septiembre y apretó el gatillo, pero no disparó ninguna bala.

Uliarte, quien ha sido acusado de tentativa de homicidio junto con Sabag Montiel, habría dicho que necesitaban "meterle una bala" a Fernández de Kirchner.

La vicepresidenta enfrenta actualmente cargos de corrupción que ella niega.

Desde que Sabag Montiel fue detenido, Uliarte y otras dos personas también están detenidos como parte de la investigación penal.

A finales de agosto, según los informes, la pareja comenzó a buscar apartamentos, con la esperanza de encontrar uno cerca de la residencia del vicepresidente en el exclusivo barrio de Recoleta de Buenos Aires.

Hablando con un amigo, que también fue arrestado desde entonces, Uliarte pareció describir su motivación detrás del ataque.

"Estoy harto de que ella robe y se salga con la suya", muestran los mensajes publicados. "Si (el ataque) se lleva a cabo, me mudaré a otro país e incluso cambiaré mi identidad".

Las autoridades creen que Sabag Montiel, que tiene un tatuaje del "sol negro" vinculado a los neonazis en el codo, tiene vínculos con grupos de extrema derecha, dijo a los periodistas el ministro de Defensa, Augustin Rossi.